Our Authors

ver todo

Articles by Randy Kilgore

¿Tengo que leer Levítico?

«¿Realmente, tengo que leer Levítico?», preguntó en serio un joven ejecutivo mientras hablábamos de la importancia de dedicar tiempo a la lectura de la Biblia. «El Antiguo Testamento parece tan aburrido y difícil», agregó.

Honrar con honra

Siempre me ha impresionado la solemne y magnífica simplicidad del cambio de guardia en la tumba del soldado desconocido en el Cementerio de Arlington, en Estados Unidos. Este evento minuciosamente coreografiado es un conmovedor tributo a los soldados cuyos nombres —y sacrificio— «solo Dios los conoce». La misma emoción provocan los momentos sin público cuando, con paso firme, vienen y van, hora tras hora, día tras día, incluso durante el peor de los climas.

Basta del pasado

¿Cómo debemos actuar cuando fallamos en la fe y dañamos el testimonio de la Iglesia de Cristo frente a nuestros amigos y familiares o lo deshonramos con nuestras acciones?

Una persona buscada

«¿Podrías orar por mi hermana?», preguntó, incómodo, el fornido obrero. Lo miré de manera sospechosa.

Tesoro enterrado

Al haber crecido en la zona rural de Missouri, donde vivió el bandido norteamericano Jesse James (1847–1882), mis amigos y yo estábamos convencidos de que él había enterrado un tesoro cerca. Recorríamos los bosques soñando con encontrar una alforja o algún otro tesoro. Solíamos ver a un anciano que cortaba leña con un hacha enorme. Durante años, vimos que este misterioso «hachero» recorría penosamente las carreteras buscando latas de bebidas, su único tesoro. Después de cambiarlas por dinero, regresaba a su ruinosa casucha, sin techo y despintada, con una botella en una bolsa de papel marrón. Luego de su muerte, sus familiares encontraron fajos de dinero guardados en su destartalada casa.

Onde moram os medos

Doze anos de casados, minha esposa e eu estávamos desencorajados pela montanha-russa emocional de criar esperanças que depois seriam frustradas na tentativa de ter filhos. Um amigo tentou “explicar” o modo de pensar de Deus. “Talvez Deus saiba que você seria um pai ruim,” ele disse. Ele sabia que minha mãe havia lutado com um temperamento terrível.